Una de las razones por las que me ejercito en la práctica de mindfulness, está relacionada con la idea de que para estudiar mis experiencias, para intentar saber cómo estoy funcionando, es importante hacerlo desde un estado mental calmo, sensible, abierto y compasivo, características propias de una mente entrenada en el uso y la práctica de mindfulness.
Observar mi experiencia desde ese estado de atención me permite acceder a más información, ver con más claridad y responder más efectivamente a lo que la situación requiera.
Como practicante Hakomi, como acompañante de personas en sus procesos de crisis, búsqueda y desarrollo personal, considero esencial la práctica de mindfulness para el despliegue de todo el potencial que surge del encuentro, para preparar el espacio creativo y contenedor y para que lo que ocurra pueda ser recibido en un ambiente de seguridad y confianza.
La inspiración, lo nutricio, surgen de ese espacio.