viernes, 7 de agosto de 2015

EL METODO HAKOMI EN EVOLUCION


Hakomi es un método de autoestudio asistido, y es autodescubrimiento también.

Y entiendo por autoestudio la capacidad humana de observarse y reflexionar acerca de uno mismo. En Hakomi nos interesa averiguar de qué manera hemos estado funcionando hasta hoy, y si es que esa manera nos parece apropiada o si es que queremos introducir algunos cambios en ella para nuestro beneficio y el de todas nuestras relaciones. Queremos saber acerca de los cuentos que nos hemos estado contando desde hace tantos años y si es que todavía esos cuentos se ajustan a este momento de nuestras vidas o si quizás haya llegado el instante de escribir un nuevo cuento acerca de nosotros y nuestra manera de ver el mundo.

Quienes continuamos nuestro entrenamiento en el Método Hakomi Refinado, como lo llamara su creador Ron Kurtz en la última de sus versiones, asistimos a las personas interesadas en revisar sus modos de funcionamiento, sus estilos y las creencias que sostienen estos comportamientos. Así es como conformamos esta definición de autoestudio asistido.

En Hakomi partimos de la idea de que para observarnos es conveniente aquietar la mente y para esto utilizamos mindfulness. La idea de aquietar la mente mediante el uso de mindfulness no es exclusiva del Método Hakomi sino que es tomada de tradiciones filosóficas y espirituales muy antiguas, como el budismo y el taoismo.

También comprendemos la necesidad de acompañar al cuerpo, con sus sensaciones, sus tensiones, y de trabajar en una estrecha relación con él. Porque no existe una separación entre cuerpo y mente. Este es uno de aquellos cuentos que hemos escuchado durante tanto tiempo y que hoy estamos reescribiendo. Somos uno, no estamos separados ni divididos. Somos Cuerpo, Mente y Espíritu unidos. 

Entonces aquietamos la mente “sintiendo” el cuerpo y atendiendo a toda la actividad mental y emocional que ocurre. Queremos aprender de todo ello para enterarnos “cómo es que hacemos lo que hacemos.”

Hakomi, autoestudio asistido.

por Enrique Kistenmacher

No hay comentarios.:

Publicar un comentario