martes, 5 de enero de 2021

 

Una práctica para tiempos difíciles

Otra vez en el sube y baja, una nueva crisis y van…

Como tantas otras, con un denominador común: Incertidumbre. No sabemos. No tenemos idea de cómo vamos a salir esta vez, no podemos imaginarnos siquiera como recuperar la calma y el orden extraviados. Ni hablar de las limitaciones económicas y sus efectos…

En Hakomi nos ejercitamos en el no saber, hacemos de la incertidumbre un principio más. Damos por cierto que aún las preguntas más sencillas y con una respuesta automática pueden ser puestas en duda. Abrazamos el no saber y generamos el espacio necesario para que surja lo nuevo. Descansamos en cuan espacioso es verdaderamente este no saber y nos abrimos a las infinitas posibilidades.

Como practicante Hakomi, asi como en mi tarea de acompañar a las personas en sus procesos de búsqueda, crisis y sufrimiento, sostengo la necesidad de ejercitarnos en esta práctica milenaria, corazón de las tradiciones espirituales más antiguas. Es desde este espacio carente de certezas de donde viene la auténtica confianza en la energía creadora que mueve el universo. Porque finalmente, de donde vienen nuestras dudas más profundas sino de ese desconocimiento de cómo funcionan las cosas, de cómo se sostiene el mundo.

Por fin, como firme creyente de la sabiduría del cuerpo, me abro a escuchar sus sensaciones, permito que cada tensión, cada molestia, mis dolores, tengan toda mi atención. Observo, en quietud, en silencio, como la percepción se abre en la relajación. Encontrando una claridad inspiradora, pacificadora, que me nutre y sostiene, aún en estos tiempos difíciles.

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